lunes, 5 de octubre de 2015

La Misa Criolla y el Holocausto

La Misa Criolla y el Holocausto
La Misa Criolla, tributo de Ariel Ramírez a dos hermanas católicas que auxiliaron a judíos durante la Shoá

Ariel Ramírez y su tributo a dos hermanas católicas que auxiliaron a judíos durante la Shoá
A principios de 1942, en la pequeña localidad alemana de Würzburg, las autoridades ordenaron evacuar todas las viviendas cuyos ocupantes fuesen judíos. Los propietarios fueron concentrados en los edificios del cementerio judío, en condiciones de extremo hacinamiento; familias enteras estaban amontonadas en dependencias de instalaciones mortuorias, a modo de macabro recuerdo del futuro.
Fue en ese marco trágico y en esa ciudad, por aquel entonces con apenas 2500 judíos y de centenaria tradición rabínica, que tuvo lugar un episodio de solidaridad y coraje cívico que precipitó, muchos años después, la creación de una obra de arte musical que marcaría para siempre a la Argentina y al mundo:
La “Misa Criolla” del consagrado compositor argentino Ariel Ramírez.

En línea con el espíritu del programa “Casas de Vida”, inaugurado en 2014 en monasterios de Roma y Florencia por la Fundación Wallenberg, la ONG presidida por el argentino Eduardo Eurnekian se propone investigar a fondo esta historia que amalgama arte y solidaridad de modo armónico y excepcional.
Así, la inédita iniciativa de conmemorar lugares físicos asociados con hazañas de rescate en la Shoah, encuentra una nueva vuelta de tuerca con el relato apasionado del compositor argentino Ariel Ramírez.
La primera inspiración para escribir la Misa Criolla se produjo en los años cincuenta, cuando Ramírez era un músico desconocido y residía en un convento en Würzburg. Él mismo relata la experiencia. 
“En Roma había conocido al padre Antuña, estudioso prelado de Argentina, quien me presentó al Padre Wenceslao van Lun, un holandés con quien nos entendíamos en un italiano básico pero eficaz. Van Lun me llevó a Holanda y desde allí me recomendó aun convento en Würzburg, una pequeña y hermosa localidad a unos 100 kilómetros de Franckfurt.
Würzburg. El pueblo cercano a Frankfurt, donde Ariel Ramírez conoció a
Elizabeth y Regina Brückner.  Baviera, Alemania. .

Todos los seminaristas hablaban alemán, salvo dos monjitas que estaban a cargo de la cocina y a quienes el padre van Lun me presentó para ayudar a comunicarme, pues suponía que entendían español.”

“La realidad era que las hermanas Elizabeth Brückner (1899-1981) y Regina Brückner (1896-1967) habían vivido en Portugal, y algo de español entendían, lo cual fue para mí una salvación en todo sentido: por fin podía dialogar y, por añadidura, desde ese día, empecé a comer con ellas en la mesa de trabajo de la cocina.”
“Frecuentemente, desde la ventana de la cocina, contemplaba el magnífico paisaje semiboscoso, gloriosamente verde, con una enorme casona que a lo lejos se dibujaba de blanco con las últimas nieves de la primavera. Tanta belleza me producía sentimientos exultantes y, desde mis jóvenes años, me parecía estar un paso más arriba de la tierra.”
“Ellas no compartían mi entusiasmo. No podían olvidar que esa casona y las tierras más distantes habían sido parte de un campo de concentración donde hubo alrededor de mil judíos prisioneros.”
“Desde la distancia, las monjitas me contaron, podían imaginar el horror y el miedo. Sólo en voz muy baja llegaban noticias acerca del frío y del hambre. Una estricta regla castigaba con la horca -sin más trámite- a cualquiera que ayudara o simplemente tomara contacto con aquellos que esperaban su trágico destino.”
“Pero Elizabeth y Regina habían elegido la misericordia y habían sido formadas para el valor, de modo que, noche tras noche, empaquetaban cuantos restos de comida podían y se acercaban sigilosamente al campo para dejar su ayuda en un hueco debajo del alambrado.”
“Durante ocho meses ese paquete desapareció cada día. Hasta que un día nadie retiró el paquete y tampoco los siguientes, que se fueron acumulando. La casa estaba vacía y los rumores esparcieron la noticia acerca del traslado de los prisioneros. El temido viaje se había iniciado, una vez más.”
“Al finalizar el relato de mis queridas protectoras, sentí que tenía que escribir una obra, algo profundo, religioso, que honrara la vida, que involucrara a las personas más allá de sus creencias, de su raza, de su color u origen. Que se refiriera al hombre, a su dignidad, al valor, a la libertad, al respeto del hombre relacionado a Dios, como su Creador.”

“Un día de 1954, tal vez del mes de mayo, estando en Liverpool, no puede resistir la tentación de subir a un barco, el Highland Chefstein, que iba a Buenos Aires donde me esperaban mi hija Laura, de cinco años y mis viejos, que superaban los setenta.
Me había convencido que en dos meses regresaría al lugar donde ya había decidido afincarme para siempre, pero el destino me reservaba otro rumbo.
En aquel barco que atravesaba el Atlántico hacia el sur, empecé a rememorar el relato de las hermanitas Brückner y a pensar en toda la solidaridad humana, en todo el amor que había recibido de parte de gente extranjera con la que apenas podíamos comunicarnos por el desconocimiento mutuo de nuestras lenguas. Me conmovía pensar que todo lo que había recibido había sido exclusivamente por amor a mi música y a mi persona, hasta que comprendí que sólo podía agradecerles escribiendo en su homenaje una obra religiosa.”

“En esa búsqueda comencé a reunir información, y es así que tiempo después me encontré con el Padre Antonio Osvaldo Catena, amigo de la juventud en Santa Fe, mi ciudad natal, quien fue realmente el que transformó la base de lo que yo había escrito pensando en una canción religiosa, en una idea increíble: la posibilidad de componer una misa con ritmos y formas musicales de esta tierra.
El padre Osvaldo Catena era en 1963 Presidente de la Comisión Episcopal para Sudamérica encargada de realizar la traducción del texto latino de la misa al español, según el Concilio Vaticano de 1963 que presidió SS Pablo VI.
Cuando ya tenía terminados los bocetos y formas del ordinario de la misa el mismo Catena me presentó a quien realizaría los arreglos corales de la obra: el padre Jesús Gabriel Segade.”
En 1964 la compañía discográfica Philips lanzó al mercado el álbum “Misa Criolla”, resultando inmediatamente un éxito mundial.

La Misa Criolla, obra para coro mixto, percusión, instrumentos andinos y piano, presenta un notable conjunto de inspiradas melodías originales de su autor, basadas en ritmos regionales de la tradición musical argentina e hispanoamericana. Consta de cinco partes o movimientos: 1. Kyrie. Baguala-vidala; 2. Gloria. Carnavalito-yaraví; 3. Credo. Chacarera trunca; 4. Sanctus. Carnaval cochabambino y 5. Agnus Dei. Estilo pampeano.

La Misa Criolla marcó la irrupción en el mundo de la música litúrgica argentina con un nivel artístico que le permitió ser admirada por sectores del público europeo, americano, de Israel y de otras latitudes.

Se ejecutó por primera vez en el Teatro Colón de Buenos Aires con versión escénica a cargo de Roberto Oswald y Aníbal Lápiz, y quince días después en el Avery Fisher Hall en el Lincoln Center de Nueva York, y en la catedral de San Patricio de la misma ciudad. Aquella versión contó con el propio Ariel Ramírez (piano), Zamba Quipildor (voz), Jaime Torres (charango) y su conjunto, con Domingo Cura (percusión), Jorge Padín y el Coro Banco de la Provincia de Buenos Aires,dirigido por Fernando Teran.
De difusión internacional, fue editada en más de 40 países con más de 3 millones de placas discográficas y fue cantada, entre otros, por George Dalaras, Mercedes Sosa, José Carreras y Plácido Domingo.
Publicado el 24/01/2014
Misa Criolla para solistas, coro y orquesta.
- Música: Ariel Ramírez.
- Textos litúrgicos: traducidos y adaptados por los sacerdotes Antonio Osvaldo Catena, Alejandro Mayol y Jesús Gabriel Segade.
- Dirección: Ariel Ramírez (clave).
- Solistas: Los Fronterizos (Eduardo Madeo, Gerardo López, Julio César Isella y Juan Carlos Moreno).
- Coro: Cantoría de la Basílica del Socorro, armonización y dirección del Rev. Padre J.G. Segade.
- Movimientos:
1. Kyrie (Vidala-Baguala)
2. Gloria (Carnavalito-Yaraví)(Charango: Jaime Torres)
3. Credo (Chacarera trunca)
4. Sanctus (Carnaval cochabambino)
5. Agnus Dei (Estilo pampeano)

Grabación para Philips en Estudio ODEON. Año 1964, durante los meses de Octubre y Noviembre. Remasterizado digitalmente en 2 y 5 de Agosto de 1994 (Rubén Aprile, Oscar López Producciones).
  • Música

    • "Kyrie (Vídala-Baguala)" de Ariel Ramírez & Los Fronterizos (iTunes)
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viernes, 12 de junio de 2015

¡Qué pena que se haya ido! ¡Qué pena que se vaya gente así! ¡Adiós (1), José Luis Alvarez Fermosel, mi amigo digital.

¡Qué pena que se haya ido! ¡Qué pena que se vaya gente así!
¡Adiós (1), José Luis Alvarez Fermosel, 
mi amigo digital.

(1) Así despedía a Peter O´Toole cuando su muerte (¡Adios Mr. Chjps!). 

José Luis Alvarez Fermosel - El Caballero Español, era mi amigo digital, a quien conocí en mi experiencia en este mundo hace ya algunos años y publiqué varios de sus escritos/reflexiones que nos alegraban con su fluidez en la escritura y su "buen saber" de la vida en nuestra paginas de notas, recuerdos, arte, patrimonio,..

La semana pasada se fue, quizás la tecnología que avanza día a día, nos permita algún día, restablecer ese dialogo que nos alegraba el espíritu.


El, en su blog así se presentaba
Piedra que rueda...
Soy el Caballero Español, sí. De las ondas sonoras pasé a una web y de ella a este blog. Se lo debo a mi compañero y entrañable amigo José Luis Agromayor, quien me insistió una y otra vez para que abriera un blog y al final lo diseñó él mismo.

Nací en Madrid. Llevo aquí muchos años, así que soy “espartino”: una mezcla de español y argentino. Mis dos hijos, Juan Ignacio y María Soledad, son “argeñoles”, porque nacieron en Buenos Aires, tienen la nacionalidad española y viven en Madrid, donde ya no me queda más familia que ellos y mis primos Mary, Paco y Antonio.

Aquí tengo, desde hace más de un cuarto de siglo, a Maite, mi segunda mujer, que es también mi apoderada, productora, jefa de prensa, agente literario y fotógrafa.

Estudié diversas disciplinas –entre ellas Derecho y Filología Inglesa-, y desempeñé mil oficios en varias ciudades del mundo. Desde hace muchos años soy periodista por vocación, definición y una prolongada práctica.

Hice mi lema del dicho estadounidense: “Piedra que rueda no cría musgo”. Soy un poco catasalsas, también hombre de sociedad; suelo ocuparme de los ángulos de trastienda de los personajes y creo, con Baudelaire, que hay que respetar la sensibilidad de cada uno, porque ahí está su genio.

Gentes, viajes y culturas diferentes me habían marcado ya antes de venir a Buenos Aires, donde todo el mundo me recibió con los brazos abiertos y donde me tratan a cuerpo de rey.

Empecé a trabajar en Crónica, diario en el que tengo raíces profundas. Poco después me reengaché en la agencia EFE –delegación de Buenos Aires; en la central de Madrid hice mis primeras armas periodísticas-. Mi trabajo en EFE me deparó muchas satisfacciones. Conseguí algunas primicias y mis trabajos de investigación dieron la vuelta al mundo.

Al cabo, me pasé a la France Presse, agencia en la que trabajé varios años con el cargo de Pro Secretario de Redacción. Simultáneamente fui corresponsal en Buenos Aires de los diarios Pueblo y El País y de las revistas Lecturas y Actualidad Política Nacional y Extranjera de España.

Aquí integré las cúpulas de El Informador Público y el Expreso Diario. En este último diseñé, escribí y edité el suplemento Extravagario. Fui subdirector -a cargo de la dirección en los últimos años- del semanario hemisférico Tiempos del Mundo, que se publicó en 17 países latinoamericanos y tres ciudades de los Estados Unidos: Washington, Nueva York y Miami.

He escrito en varios medios gráficos europeos, latinoamericanos y en casi todos los diarios y revistas de Argentina.

En televisión trabajé en El color de la trama y Capricho Español, en el programa de Osvaldo Yankillevich Charlando con amigos. Me invitaron a casi todos los canales de aire y de cable de la capital y tuve el honor y el placer de ser entrevistado por Teté Coustarot, Mora Furtado, Cecilia Laratro, Julián Weich, Víctor Laplace, Orlando Barone, Martín Wullich, Antonio Carrizo, Gustavo Masutti Llach, Leni González, Jorge Jacobson, mi compatriota Vicente Romero y otros no menos conspicuos comunicadores. Mirtha Legrand me invitó a varios de sus almuerzos.

En 1998 protagonicé el cortometraje para video Madagascar, en versión libre inspirada en el cuento El viaje, del escritor y músico uruguayo Leo Maslíah. La periodista y cineasta Mara Sala escribió el guión y dirigió el corto.

En 2000 presenté un unipersonal, “Aventuras y Memorias”, en la sala “The Cavern Club” del Paseo La Plaza. Anteriormente participé en la charla-“show” “El sexo y otras perturbaciones”, de Rolando Hanglin.

Ultimamente desarrollo actividades como ensayista, narrador, columnista, traductor, prologuista y conferenciante.

He recibido premios y distinciones en varios países. Me limitaré a reseñar algunos. En España gané –junto con mi madre- la I y II edición del Certamen Literario y Artístico de Mieras (España), en la categoría relato. Mi madre fue galardonada por dos cuentos para niños. Fui finalista del premio para artículo Ramón Godó Lallana, que fue propietario del prestigioso diario La Vanguardia, de Barcelona. En Buenos Aires, el Taller Escuela Agencia de Periodismo (TEA) me distinguió por Trayectoria en Agencias Internacionales de Noticias con el galardón Al Maestro con Cariño, y la Asociación de la Prensa Española en Argentina (APEA) me otorgó el premio al Mérito en la Relación Hispano-Argentina y por Trayectoria en los Medios de Comunicación. He recibido plaquetas conmemorativas del VII Encuentro de la Federación de Sociedades Españolas (FSE) y de la cátedra España de la Universidad de Centros Empresariales (UCES).

Trabajé durante muchos años con Rolando Hanglin, primero en Radio Continental y después en Radio 10. Hanglin me puso el apelativo de Caballero Español, con el que me conoce todo el mundo, como compruebo con alegría y emoción cuando la gente me para en la calle y me pide autógrafos.

En España escribí varios libros, entre otros “002, el mundo al habla”, junto con mi colega y amigo Fernando Montejano. En Buenos Aires sólo publiqué uno: “¡A comer con gusto! con el Caballero Español”, sobre una de mis aficiones: la gastronomía. Tengo entre manos dos más pendientes de publicación.

Me gusta comer bien, beber bien, cocinar y las cosas hermosas de la vida: las mujeres, la lectura, la música, la pintura, el cine, el deporte -he practicado boxeo, atletismo y artes marciales- y, de la naturaleza, el mar, la nieve, los árboles y, en otro orden, el humor, la sencillez y los buenos modales, la justicia, la nobleza y el coraje.

Me encantan los animales, sobre todo los perros. He tenido muchos, y también un lobo. Nunca olvidaré a Kiruna ni a Slick. Ahora tengo a Dolce, a quien no le falta más que hablar.

Su ultima entrada a su blog fue Palidecesquizás anunciaba el final del camino.

Hasta pronto Caballero Español

Desde AN te vamos a extrañar

jueves, 28 de mayo de 2015

Las casitas de la General Paz


Las casitas de la General Paz
Publicado por Pablo Carlos de Rosa Barlaro en Archivoscopio blog del diario La 
Nación

Las casitas estilo alpino, donde vivían el jardinero y su familia,  que dependían de la Dirección de Parques y Paseos de la municipalidad de Buenos Aires, estaban edificadas a la vera de la avenida General Paz.Cada vivienda era construida de material, con techos de tejas de madera y tenían dos ambientes.
Había una cada kilómetro y medioExistieron durante aproximadamente más de 40 años. Comenzaron a ser habitadas allá por los 50 y se extinguieron en los 90 cuando se empezó ampliar la General Paz.


Fueron un total de dieciseis. Ayudaron a embellecer el paisaje que se apreciaba transitando la General Paz hasta mediados de los 90. Porque el concepto de los encargados del proyecto de construcción era la el de una avenida parque, un pulmón verde para la ciudad de Buenos Aires.

En cada una de esas casitas moraba un jardinero con su familia. Era el encargado del mantenimiento del parque que rodeaba a su vivienda y de más de un kilómetro de avenida. Durante los días de semana cortaban el césped con una guadaña. Los fines de semana se encargaban de arreglar los jardines aledaños a su casita, donde predominaban las rosas y los pensamientos.




Todos los años se hacía un concurso para premiar a la casita mejor conservada, y los resultados eran publicados en los diarios.

Era muy común ver a parejas de novios sacándose una foto. También las familias que recorrían la General Paz en automóviles se detenían para deleitar la curiosidad de los más pequeños.




La primera de estas viviendas estaba ubicada lindante con la Avenida del Libertador y la última casi sobre el Puente de la Noria. Había una cercana a la Avenida de los Constituyentes, otra a la altura de Liniers, y así sucesivamente en los principales cruces de la General Paz.

Una pena que no haya quedado ninguna. Fueron sin dudas una de las marcas distintivas de una época donde el progreso iba de la mano con lo estético.

 

Todas las fotografias aquí expuestas pertenecen al ARCHIVO del DIARIO LA NACIÓN.

jueves, 2 de abril de 2015

Malvinas año 1982 - Carta del maestro Julio Cao a sus alumnos de la escuela N° 32 de Laferrere


Carta del maestro Julio Cao a sus alumnos de la escuela N° 32 de Laferrere 

Desearía que hiciera llegar a la maestra de 3° “D” este mensaje para mis alumnos: 
A mis queridos alumnos de 3ro D: No hemos tenido tiempo para despedirnos y eso me ha tenido preocupado muchas noches aquí en Malvinas, donde me encuentro cumpliendo mi labor de soldado: Defender la Bandera. Espero que ustedes no se preocupen mucho por mi porque muy pronto vamos a estar juntos nuevamente y vamos a cerrar los ojos y nos vamos a subir a nuestro inmenso Cóndor y le vamos a decir que nos lleve a todos al país de los cuentos que como ustedes saben queda muy cerca de las Malvinas. 
Y ahora como el maestro conoce muy bien las islas no nos vamos a perder. 
Chicos, quiero que sepan que a las noches cuando me acuesto cierro los ojos y veo cada una de sus caritas riendo y jugando; cuando me duermo sueño que estoy con ustedes. 
Quiero que se pongan muy contentos porque su maestro es un soldado que los quiere y los extraña. Ahora sólo le pido a Dios volver pronto con ustedes. 
Muchos cariños de su maestro que nunca se olvida de ustedes. 
Afectuosamente Julio

El soldado Julio Rubén Cao (1961-1982) era maestro en una escuela de La Tablada, Pcia. de Buenos Aires. Cumplió el servicio militar en el Regimiento de Infantería Motorizada III “General Belgrano” de Tablada y se enroló en forma voluntaria para luchar en Puerto Argentino. Murió en combate el 10 de junio. Estaba casado y no pudo conocer a su hija Julia María, que nació el 28 de agosto de ese año. 

Esta enterrado en el Cementerio de las Islas Malvinas

*Aclaración: Se respetó la ortografía de la fuente documental

miércoles, 1 de abril de 2015

Hasta siempre a Lilia Ferreyra - Lilia murió ayer, apenas seis días después de que se cumplieran 38 años del asesinato de su compañero Rodolfo Walsh

Hasta siempre a Lilia Ferreyra

La periodista, pareja de Rodolfo Walsh cuando escribió en marzo de 1977 la Carta Abierta a la Junta Militar, falleció ayer a los 71 años. Este es nuestro adiós urgente a la compañera que al nombrar al curso político abierto en el 2003, tras la derogación de las leyes del perdón, nos dijo: “me devolvieron las ganas de vivir”.
   
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Lilia murió ayer, apenas seis días después de que se cumplieran 38 años del asesinato de su compañero Rodolfo Walsh. La periodista fue quien acompañó al escritor en aquel marzo de 1977 cuando escribió y distribuyeron juntos la Carta Abierta a la Junta Militar. Y fue una mujer que se convirtió en una de esas personas imprescindibles en el camino de la Memoria, la Verdad y la Justicia; en parte de la historia del país.
Lilia Ferreyra falleció a los 71 años. Este es nuestro adiós a una compañera enorme, que vio volver a su compañero en las condenas a sus asesinos de la Esma y que al nombrar al curso político iniciado en el 2003, tras la derogación de las leyes de impunidad, nos dijo: “me devolvieron las ganas de vivir”.
Escriben el adiós: Raquel Robles, Silvia Delfino y Flavio Rapisardi, Fabiana Rousseaux,  Ana Carbonetti.
Lilia Ferreyra y Rodolfo Walsh en Cuba
“En algún momento del día, cada vez que camino por estas callecitas, entre los pajaritos que cantan y la sombra verde de la arboleda, camino y siento que cada paso que doy es un acto de libertad conquistada. Por todo lo que se hizo, por todo lo que fue la lucha contra la impunidad. Por toda la inclaudicable lucha de las Madres, de las Abuelas, de los organismos. Por mantener en alto las banderas de Memoria, Verdad y Justicia a través de décadas. Y, además, por la decisión política de Néstor Kirchner, quien las definió como políticas de Estado. Por todo eso estamos aquí.” Lilia Ferreyra. (Fragmento de entrevista de Martín Piqué realizada en la ex Esma en 2011).

El amor Rodolfo Walsh

Por Raquel Robles
Llegué tarde. Quería entrevistarla. Preguntarle todo lo que nadie le había preguntado sobre su amor con Rodolfo. Quería hablarle de mujer a mujer. Nos habíamos conocido en Página 12 y después había venido a casa a tomar vino tinto y a contarnos anécdotas de Walsh. Nosotros, los Hijos -así, con mayúscula- la escuchábamos y nos bebíamos cada palabra con avidez de beduino. Pero lo más increíble es que ella nos escuchaba a nosotros. Le contamos, por primera vez contamos, cómo habíamos entrado a la Plaza de Mayo el 24 de marzo del año anterior -estábamos en 1997- y ella fumaba y nos escuchaba. Los ojos siempre un poco llorosos del humo se le aguaron un poco más y nos dijo: ustedes no se dan cuenta, pero están haciendo historia, lo que vivieron ya pertenece a la épica de nuestro pueblo. Pero qué importa lo que vivimos nosotros ahora. Qué importa los pedacitos que nos llevamos de ella. Lo que importa ahora es lo que ya no nos llevaremos, lo que no nos dirá, lo que no podrá escuchar. Tal vez parte de ser hijo de desaparecidos -duelar a ese muerto que no se muere nunca- es creer que la gente no se va a morir. Por qué no fui cuando pude. Por qué no le lleve la sopa que le ofrecí y que ella declinó ofendida porque “no estoy tan mal, che”. Tomemos café, me dijo. No te preocupes, tengo quien me cuide, no necesito enfermeras. Yo no quería ser enfermera. Yo quería hacerle justicia a su amor por Rodolfo. Porque aquella vez, y todas las veces que siguieron y todos los vinos tintos, y las veces que nos sentamos juntas en el diario a charlar de cualquier cosa, o a editarme generosamente una nota, entendí algo que sobrecoge entender: ella seguía enamorada. En aquel momento era joven y no había conocido el amor que es para siempre y me dio pena. Pero ahora ya había entendido: si se ama para siempre la muerte no es ningún impedimento. Pero llegué tarde. Ya no voy a poder preguntarle del Tigre, ni de las hormigas, ni de las charlas a la noche, ni de las mañanas en la mesa de la cocina, ni cosas íntimas. Porque yo no quería conocer a Rodolfo a través de ella, quería saber cómo se siente haber amado toda la vida al mismo hombre. Quería saber cómo se sobrevive a la muerte del hombre amado. Quería charlar de cosas de mujeres. Pero llegué tarde. Imperdonable. Porque ella no se murió de sorpresa. Se fue muriendo pitada a pitada y todos la vimos. Yo la vi. Tal vez quede el refugio de la ficción. Pero eso hoy no importa. Hoy la noche será oscura y no tengo el consuelo del cielo compartido, no me sale imaginármelos en una nube haciendo el amor otra vez. Hoy no me sale nada. Podría volver a fumar sólo para fumar un cigarrillo y acordarme de ella con el encendedor en una mano, el vaso en la otra y la sonrisa que le achinaba toda la cara. Sí, tal vez lo haga. Una pitada por vos Lilia. Dejame morirme un poco esta noche. Que es lo único que podría ayudarme a perdonar lo imperdonable: haber llegado tarde.

Lilia declara Walsh

Por Silvia Delfino y Flavio Rapisardi
Lilia Ferreyra declaró la primera semana de junio del 2010 en la Causa Esma. En su testimonio ante el tribunal de la causa Esma Lilia relató los últimos días que compartió con Rodolfo en la casa de la localidad de San Vicente, y cómo al cumplir 50 años, en enero de 1977 se propuso dos apuestas para el 24 de marzo, aniversario del primer año de gobierno de la dictadura: terminar el cuento “Juan se iba por el río” y difundir la primera de esas una serie de cartas polémicas: la “Carta Abierta de un Escritor a la Junta Militar”. Relató cómo trabajó en ese documento hasta que alcanzó el tono que quería: una reflexión estratégica sobre las razones fundantes del golpe militar que “instauró el terror más profundo que ha conocido la historia argentina”. Lilia sostuvo que Rodolfo fue “un hombre que se animó, en las circunstancias más adversas, a escribir la carta con la certeza de ser perseguido, por el compromiso de dar testimonio en momento difíciles”. En ese testimonio, Lilia leyó partes de “Juan se iba por el río”, escrito inédito de Walsh que fue robado por los grupos de tarea de la Esma, y que pudo ver y recordar Martín Gras. Respecto de la desaparición y al asesinato de Rodolfo, Lilia destacó que todo lo que supo fue a través de los testimonios de los sobrevivientes: el operativo en Av. Entre Ríos y Av. San Juan y fecha maldita del 25 de marzo de 1977.Ante la pregunta del Tribunal respecto de si quería agregar algo a su testimonio, Lilia planteó que quería contar una anécdota: una tarde Walsh había llegado con un juego de damas chinas que compartieron muchas veces mientras ella trataba de avanzar rápidamente en el tablero y “comer” la mayor cantidad posible de fichas, Rodolfo le sugería que usara esa energía para trazar una estrategia en el tablero. Ferreyra concluyó su alegato interpelando a los genocidas “Rodolfo sabía que a él podían matarlo pero hoy están aquí en este tribunal siendo juzgados quienes planificaron un genocidio contra las luchas populares en Argentina” y continuó “Ganar así en un momento del juego no lleva a ganar la partida”. Rodolfo ganó, porque los milicos están siendo juzgados. Hoy ella se fue (o hizo su pascua) sabiendo que si esto hubiera sido un juego, ella también compartiría el montoncito triunfador de damas chinas.

El mandato de sobrevivir

Por Ana Carbonetti
Cuando a Lilia, en una entrevista, le preguntaron cómo vivían – Rodolfo y ella- la muerte, contestó que ese dolor – el de la muerte- sólo podía soportarse profundizando el compromiso político y la responsabilidad de poder encontrar una salida.
Walsh conoció a Lila en 1967, año que lo encontró profundamente conmovido por la muerte del Che y por elegir, de todos sus oficios terrestres, el violento oficio de escritor. Como si esa elección no hubiese sido arbitraria, incluso de su propia voluntad. Como si Walsh tuviera otro destino posible.
Cuando se conocieron él tenía 40 años y ya había escrito casi toda su obra literaria y periodística. Y durante los últimos seis años se había recluido en el Delta. En ese mismo año escribió “Un oscuro día de justicia”, un cuento sobre irlandeses sin mayor trascendencia en su carrera, pero en el que hablaban otras realidades, ya no sólo de los irlandeses, sino de la esperanza inquebrantable en la astucia, la sabiduría y la paciencia de un pueblo para convertir un revés en victoria.
En 1973 Walsh se incorporó a la organización Montoneros. Convencido sobre la necesidad de tomar conciencia sobre la racionalidad de una lucha político-militar que no admitía improvisaciones. Para él, ese proyecto no podía sentarse sólo en un espíritu revolucionario, sino en una correcta comprensión de la fuerza del enemigo, en la solidez de un pensamiento histórico y en la elaboración de una estrategia política global.
De ahí en adelante su militancia estaría signada por esa concepción. Y eso lo llevaría a comprender el desenlace del proceso histórico que le(s) tocaba vivir como militante(s). Lila, más que acompañar, viviría de forma testimonial aquellos últimos años con Walsh.
El día de su cumpleaños n° 50, en enero del 77´ definió dos apuestas para el aniversario del primer año de gobierno de la dictadura, terminar el cuento de “Juan se iba por el río” y difundir la primera de una seguidilla de cartas, que años atrás había definido como “polémicas”: la “Carta Abierta de un Escritor a la Junta Militar”.
El jueves 24 de Marzo celebraron juntos haber ganado esa apuesta. Y pasadas las doce terminó de teclear las otras cinco primeras copias de esa carta.
Por esos años, Walsh solía decir que había que “salir del territorio cercado, Buenos Aires”, e iniciar “la expedición hacia el sur”. Y por eso estaba de acuerdo con el exilio de la conducción de Montoneros. Entendía como una necesidad – y no por el contrario como una rendición- el repliegue para evitar el aniquilamiento.
Quizá para aquel escritor, que en su comprensión histórica supo leer y sintetizar el fin – antes del fin mismo- , no habría sido posible dimensionar la trascendencia de la palabra. De la suya. De la certeza de que “aún si mataran al último guerrillero no haría más que resurgir bajo otras formas”
De ver a su compañera Lilia, 30 años después, al frente de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, o como coordinadora – de la entonces casa del terror, ESMA – ahora convertida en el Espacio Memoria.
O de los más de 300 genocidas enjuiciados. Del perdón en nombre del Estado que tardó 30 años en llegar, pero llegó.
O de la decisión política de bajar los cuadros. De abrazar a las madres. De buscar a los nietos. De encontrarlos.
O de los 860 árboles del bosque de eucaliptus que Lila plantó frente al Casino de los oficiales.
O de aquel mandato de sobrevivir, 71 inmensos años. Y de reencontrarse con su amor.

Una lucha que no cesa

Por Fabiana Rousseaux
Eduardo Luis  Duhalde convoco a Lilia a trabajar en la Secretaria de Derechos Humanos de la Nación, en el año 2003, desde los inicios de su gestión. Primero como asesora del Archivo Nacional de la Memoria. Y luego en otros cargos, como representante del Ente Tripartito de la Ex Esma.
Además de haber sido la compañera de Rodolfo Walsh desde la época de Prensa Latina, desarrolló un largo derrotero en busca de Memoria, Verdad y Justicia. Así, en el 2010  nos tocó acompañarla en su declaración testimonial en el juicio por la causa Esma, en el primer tramo de este juicio donde se juzgaron y condenaron a los genocidas responsables de la desaparición de Walsh.
Desde chica, la figura de Rodolfo y de Lilia eran símbolos de la militancia y compromiso por la lucha antiimperialista y posteriormente por los Derechos Humanos. De modo que cuando tuve que intervenir como Directora del Centro de Asistencia a Víctimas de Violaciones de Derechos Humanos, Dr. Fernando Ulloa (ámbito que creamos en el marco de la Secretaria de Derechos Humanos) sentí ese privilegio que a veces nos embarga cuando estamos ejerciendo una función que no es, ni más ni menos, que estar al lado de los grandes, de quienes escribieron nuestra propia historia.
Como parte de una generación que había crecido con su nombre y el de Rodolfo como referentes, sentí un enorme orgullo de compartir con ella, el ámbito institucional de la nueva política de Derechos Humanos que se estaba gestando en el país.
Ella, como tantos otros compañeros y compañeras que se atrevieron a desafiar al discurso del Estado terrorista argentino (Duhalde dixit), fueron pilares esenciales en la construcción de las nuevas políticas de Memoria, Verdad y Justicia. Su partida, como la de otros tantos referentes, es insustituible.
Hasta la victoria siempre, querida e imprescindible Lilia.

 
 

Lilia en palabras propias

Somos Memoria – Lilia Ferreyra (Encuentro)

lilia ferreyra-encuentro

sábado, 21 de marzo de 2015

Ultima carta del Dr. Rene Favaloro

La carta de René Favaloro
“Si se lee mi carta de renuncia a la Cleveland Clinic, está claro que mi regreso a la Argentina (después de haber alcanzado un lugar destacado en la cirugía cardiovascular) se debió a mi eterno compromiso con mi patria. Nunca perdí mis raíces.. Volví para trabajar en docencia, investigación y asistencia médica. La primera etapa en el Sanatorio Guemes, demostró que inmediatamente organizamos la residencia en cardiología y cirugía cardiovascular, además de cursos de post grado a todos los niveles.
Le dimos importancia también a la investigación clínica en donde participaron la mayoría de los miembros de nuestro grupo.
En lo asistencial exigimos de entrada un número de camas para los indigentes. Así, cientos de pacientes fueron operados sin cargo alguno. La mayoría de nuestros pacientes provenían de las obras sociales. El sanatorio tenía contrato con las más importantes de aquel entonces.
La relación con el sanatorio fue muy clara: los honorarios, provinieran de donde provinieran, eran de nosotros; la internación, del sanatorio (sin duda la mayor tajada).
Nosotros con los honorarios pagamos las residencias y las secretarias y nuestras entradas se distribuían entre los médicos proporcionalmente.
Nunca permití que se tocara un solo peso de los que no nos correspondía.
A pesar de que los directores aseguraban que no había retornos, yo conocía que sí los había. De vez en cuando, a pedido de su director, saludaba a los sindicalistas de turno, que agradecían nuestro trabajo.
Este era nuestro único contacto.
A mediados de la década del 70, comenzamos a organizar la Fundación. Primero con la ayuda de la Sedra, creamos el departamento de investigación básica que tanta satisfacción nos ha dado y luego la construcción del Instituto de Cardiología y cirugía cardiovascular.
Cuando entró en funciones, redacté los 10 mandamientos que debían sostenerse a rajatabla, basados en el lineamiento ético que siempre me ha acompañado.
La calidad de nuestro trabajo, basado en la tecnología incorporada más la tarea de los profesionales seleccionados hizo que no nos faltara trabajo, pero debimos luchar continuamente con la corrupción imperante en la medicina (parte de la tremenda corrupción que ha contaminado a nuestro país en todos los niveles sin límites de ninguna naturaleza). Nos hemos negado sistemáticamente a quebrar los lineamientos éticos, como consecuencia, jamás dimos un solo peso de retorno. Así, obras sociales de envergadura no mandaron ni mandan sus pacientes al Instituto.
¡Lo que tendría que narrar de las innumerables entrevistas con los sindicalistas de turno!
Manga de corruptos que viven a costa de los obreros y coimean fundamentalmente con el dinero de las obras sociales que corresponde a la atención médica.
Lo mismo ocurre con el PAMI. Esto lo pueden certificar los médicos de mi país que para sobrevivir deben aceptar participar del sistema implementado a lo largo y ancho de todo el país.
Valga un solo ejemplo: el PAMI tiene una vieja deuda con nosotros, (creo desde el año 94 o 95) de 1.900.000 pesos; la hubiéramos cobrado en 48 horas si hubiéramos aceptado los retornos que se nos pedían (como es lógico no a mí directamente).
Si hubiéramos aceptado las condiciones imperantes por la corrupción del sistema (que se ha ido incrementando en estos últimos años) deberíamos tener 100 camas más. No daríamos abasto para atender toda la demanda.
El que quiera negar que todo esto es cierto que acepte que rija en la Argentina, el principio fundamental de la libre elección del médico, que terminaría con los acomodados de turno.
Los mismo ocurre con los pacientes privados (incluyendo los de la medicina prepaga) el médico que envía a estos pacientes por el famoso ana-ana , sabe, espera, recibir una jugosa participación del cirujano.
Hace muchísimos años debo escuchar aquello de que Favaloro no opera más! ¿De dónde proviene este infundio?. Muy simple: el paciente es estudiado. Conclusión, su cardiólogo le dice que debe ser operado. El paciente acepta y expresa sus deseos de que yo lo opere. ‘Pero cómo, usted no sabe que Favaloro no opera hace tiempo?’. ‘Yo le voy a recomendar un cirujano de real valor, no se preocupe’. El cirujano ‘de real valor’ además de su capacidad profesional retornará al cardiólogo mandante un 50% de los honorarios!
Varios de esos pacientes han venido a mi consulta no obstante las ‘indicaciones’ de su cardiólogo. ‘¿Doctor, usted sigue operando?’ y una vez más debo explicar que sí, que lo sigo haciendo con el mismo entusiasmo y responsabilidad de siempre.
Muchos de estos cardiólogos, son de prestigio nacional e internacional.
Concurren a los Congresos del American College o de la American Heart y entonces sí, allí me brindan toda clase de felicitaciones y abrazos cada vez que debo exponer alguna ‘lecture’ de significación. Así ocurrió cuando la de Paul D. White lecture en Dallas, decenas de cardiólogos argentinos me abrazaron, algunos con lágrimas en los ojos. Pero aquí, vuelven a insertarse en el ‘sistema’ y el dinero es lo que más les interesa.
La corrupción ha alcanzado niveles que nunca pensé presenciar. Instituciones de prestigio como el Instituto Cardiovascular Buenos Aires, con excelentes profesionales médicos, envían empleados bien entrenados que visitan a los médicos cardiólogos en sus consultorios. Allí les explican en detalles los mecanismos del retorno y los porcentajes que recibirán no solamente por la cirugía, los métodos de diagnóstico no invasivo (Holter eco, camara y etc., etc.) los cateterismos, las angioplastias, etc. etc., están incluidos..
No es la única institución. Médicos de la Fundación me han mostrado las hojas que les dejan con todo muy bien explicado. Llegado el caso, una vez el paciente operado, el mismo personal entrenado, visitará nuevamente al cardiólogo, explicará en detalle ‘la operación económica’ y entregará el sobre correspondiente!.
La situación actual de la Fundación es desesperante, millones de pesos a cobrar de tarea realizada, incluyendo pacientes de alto riesgo que no podemos rechazar. Es fácil decir ‘no hay camas disponibles’.
Nuestro juramento médico lo impide.
Estos pacientes demandan un alto costo raramente reconocido por las obras sociales. A ello se agregan deudas por todos lados, las que corresponden a la construcción y equipamiento del ICYCC, los proveedores, la DGI, los bancos, los médicos con atrasos de varios meses.. Todos nuestros proyectos tambalean y cada vez más todo se complica.
En Estados Unidos, las grandes instituciones médicas, pueden realizar su tarea asistencial, la docencia y la investigación por las donaciones que reciben.
Las cinco facultades médicas más trascendentes reciben más de 100 millones de dólares cada una! Aquí, ni soñando.
Realicé gestiones en el BID que nos ayudó en la etapa inicial y luego publicitó en varias de sus publicaciones a nuestro instituto como uno de sus logros!. Envié cuatro cartas a Enrique Iglesias, solicitando ayuda (¡tiran tanto dinero por la borda en esta Latinoamérica!) todavía estoy esperando alguna respuesta. Maneja miles de millones de dólares, pero para una institución que ha entrenado centenares de médicos desparramados por nuestro país y toda Latinoamérica, no hay respuesta.
¿Cómo se mide el valor social de nuestra tarea docente?
Es indudable que ser honesto, en esta sociedad corrupta tiene su precio. A la corta o a la larga te lo hacen pagar.
La mayoría del tiempo me siento solo. En aquella carta de renuncia a la C. Clinic , le decía al Dr. Effen que sabía de antemano que iba a tener que luchar y le recordaba que Don Quijote era español!
Sin duda la lucha ha sido muy desigual.
El proyecto de la Fundación tambalea y empieza a resquebrajarse.
Hemos tenido varias reuniones, mis colaboradores más cercanos, algunos de ellos compañeros de lucha desde nuestro recordado Colegio Nacional de La Plata, me aconsejan que para salvar a la Fundación debemos incorporarnos al ‘sistema’.
Sí al retorno, sí al ana-ana.
‘Pondremos gente a organizar todo’. Hay ‘especialistas’ que saben como hacerlo. ‘Debés dar un paso al costado. Aclararemos que vos no sabés nada, que no estás enterado’. ‘Debés comprenderlo si querés salvar a la Fundación’
¡Quién va a creer que yo no estoy enterado!
En este momento y a esta edad terminar con los principios éticos que recibí de mis padres, mis maestros y profesores me resulta extremadamente difícil. No puedo cambiar, prefiero desaparecer.
Joaquín V. González, escribió la lección de optimismo que se nos entregaba al recibirnos: ‘a mí no me ha derrotado nadie’. Yo no puedo decir lo mismo. A mí me ha derrotado esta sociedad corrupta que todo lo controla. Estoy cansado de recibir homenajes y elogios al nivel internacional. Hace pocos días fui incluido en el grupo selecto de las leyendas del milenio en cirugía cardiovascular. El año pasado debí participar en varios países desde Suecia a la India escuchando siempre lo mismo.
‘¡La leyenda, la leyenda!’
Quizá el pecado capital que he cometido, aquí en mi país, fue expresar siempre en voz alta mis sentimientos, mis críticas, insisto, en esta sociedad del privilegio, donde unos pocos gozan hasta el hartazgo, mientras la mayoría vive en la miseria y la desesperación. Todo esto no se perdona, por el contrario se castiga.
Me consuela el haber atendido a mis pacientes sin distinción de ninguna naturaleza. Mis colaboradores saben de mi inclinación por los pobres, que viene de mis lejanos años en Jacinto Arauz.
Estoy cansado de luchar y luchar, galopando contra el viento como decía Don Ata.
No puedo cambiar.
No ha sido una decisión fácil pero sí meditada.
No se hable de debilidad o valentía.
El cirujano vive con la muerte, es su compañera inseparable, hable de debilidad o valentía.
El cirujano vive con la muerte, es su compañera inseparable, con ella me voy de la mano.
Sólo espero no se haga de este acto una comedia. Al periodismo le pido que tenga un poco de piedad.
Estoy tranquilo. Alguna vez en un acto académico en USA se me presentó como a un hombre bueno que sigue siendo un médico rural. Perdónenme, pero creo, es cierto. Espero que me recuerden así.
En estos días he mandado cartas desesperadas a entidades nacionales, provinciales, empresarios, sin recibir respuesta.
En la Fundación ha comenzado a actuar un comité de crisis con asesoramiento externo. Ayer empezaron a producirse las primeras cesantías. Algunos, pocos, han sido colaboradores fieles y dedicados. El lunes no podría dar la cara.
A mi familia en particular a mis queridos sobrinos, a mis colaboradores, a mis amigos, recuerden que llegué a los 77 años. No aflojen, tienen la obligación de seguir luchando por lo menos hasta alcanzar la misma edad, que no es poco.
Una vez más reitero la obligación de cremarme inmediatamente sin perder tiempo y tirar mis cenizas en los montes cercanos a Jacinto Arauz, allá en La Pampa.
Queda terminantemente prohibido realizar ceremonias religiosas o civiles”.
Un abrazo a todos
René Favaloro

julio del 2000